El último hallazgo en lo que respecta a la investigación del Parkinson podría no parecer un gran problema, pero apunta a alguna información esencial de diagnóstico y tratamiento. Fuera de Florida, hogar de un gran contingente de ciudadanos de la tercera edad, el estudio analizó una enfermedad que afecta a muchas personas mayores, la enfermedad de Parkinson, y cómo se relaciona con la depresión y / o la apatía.
Solo para actualizar su memoria, aquí hay una breve descripción de la condición. El Parkinson es una enfermedad progresiva donde las células nerviosas en una parte del cerebro comienzan a morir o se dañan. Esto causa un efecto de cascada que termina provocando síntomas como temblores, movimientos extremadamente lentos, rigidez, dificultad para caminar o hacer otros movimientos y problemas de equilibrio. Estos generalmente empeoran con el tiempo. Una de cada 100 personas mayores de 60 años desarrolla esta enfermedad debilitante (aunque también se sabe que afecta a personas más jóvenes).
En el estudio, los investigadores observaron a 80 personas con Parkinson y 20 personas con “distonía”, otro trastorno neurológico que causa contracciones musculares involuntarias, que pueden forzar el cuerpo de una persona en posiciones dolorosas. En lo que respecta a los síntomas psicológicos, ambos grupos informaron haber experimentado depresión aproximadamente a la misma velocidad.
Sin embargo, el 51% de los pacientes con Parkinson mostraron indicios de apatía, en comparación con solo el 20% de los pacientes con distonía. La apatía por sí sola, sin ningún síntoma de depresión, se observó en el 29% de los sujetos con Parkinson, pero en ninguna de las personas del grupo con distonía.
Ahora, podrías preguntar, ¿por qué esto importa? En primer lugar, la apatía puede confundirse con la depresión, ya que los dos trastornos emocionales tienen algunas similitudes. En realidad, la apatía a menudo acompaña a la depresión, lo que causa una mayor confusión (por otro lado, muchas personas ven la apatía como un síntoma de depresión, no como un trastorno separado). Esto puede conducir a un diagnóstico incorrecto, lo que puede significar que una persona no recibe el tratamiento de manera óptima. Los signos de apatía son una sensación de indiferencia, letargo, pérdida de interés en su entorno, actividades y seres queridos, y falta de motivación y entusiasmo. Además de estos posibles síntomas, la depresión también puede manifestarse como tristeza, pérdida de memoria, sentimientos de inutilidad, problemas para dormir, cambios en el apetito e incapacidad para concentrarse.
Es importante que los profesionales médicos reconozcan la distinción cuando se trata de la enfermedad de Parkinson en lugar de etiquetarlos como signos de depresión. Como muestra el estudio, la apatía puede ocurrir por sí sola en pacientes con Parkinson y debe tratarse como tal. Las terapias para la depresión pueden no necesariamente ayudar a las personas con síntomas apáticos solamente. Reconocer adecuadamente la apatía también puede ayudar en el proceso de diagnóstico.
También es esencial que las personas que cuidan a sus seres queridos afectados por este trastorno neurológico sepan que la apatía parece ser una característica importante del Parkinson. Saber esto podría ayudar a un cuidador a lidiar con un cónyuge o un miembro de su familia que simplemente ya no parece preocuparse por nada y podría eliminar el estigma de la pereza de algo que en realidad es un desorden psicológico.