Aumenta tus posibilidades en un 47%

Mire, ha escuchado todo sobre los beneficios del ejercicio cuando se trata de promover la salud cardiovascular y reducir el riesgo de un ataque al corazón. ¿Pero sabes que? No hay garantías en la vida. Sin embargo, si sufres un ataque al corazón y eres un ávido deportista, ¡podrías aumentar tus posibilidades de sobrevivir al ataque cardíaco hasta en un 47%! He aquí cómo.

El ejercicio puede ayudar después del ataque cardíaco Supervivencia

Los ataques cardíacos pueden ocurrirle a casi cualquier persona, en cualquier lugar. Algunas personas incluso los tienen mientras hacen ejercicio. Pero eso no debería disuadirlo de hacer ejercicio o llevar una vida activa, porque es probable que ayude.

Lo importante es que, si hace ejercicio y aún sufre un ataque al corazón, el trabajo que ha realizado no solo puede limitarlo. la gravedad del episodio, pero también puede ayudar a asegurar que continúe viviendo una vida larga y saludable.

Una nueva investigación publicada en el European Journal of Preventative Cardiology analizó cómo el ejercicio desempeña un papel en la tasa de supervivencia de los que sufren de infarto. Un total de 14,223 participantes que nunca tuvieron un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular cuando las mediciones iniciales se tomaron entre 1976 y 1978, tuvieron sus niveles de actividad clasificados como “sedentarios”, “ligeros”, “moderados” o “altos”. Fueron seguidos hasta 2013 , cuando los investigadores comenzaron a mirar los datos. Durante ese tiempo, 1.664 participantes sufrieron un ataque cardíaco, y 425 murieron inmediatamente.

¿Cuánto ejercicio puede aumentar sus probabilidades de supervivencia?

Cuando los investigadores observaron la actividad física informada de los participantes, notaron que aquellos que ejercitaban eran mucho más propensos a sobrevivir ataques. Los pacientes que realizaban actividad de intensidad leve a moderada tenían un 32% menos de probabilidades de morir que sus contrapartes sedentarias. Mientras tanto, aquellos que realizaron altos niveles de actividad física tenían un 47% menos de probabilidades de que sus vidas se vean interrumpidas por un ataque. Estos resultados indican que la vida después de un ataque al corazón puede depender de la cantidad de ejercicio que haga.

Obtener un mínimo de 150 minutos de ejercicio por semana, repartidos durante la semana, es un buen objetivo para disparar. Puede realizar actividades como caminar por el vecindario, hacer jardinería, hacer ejercicio en un gimnasio, andar en bicicleta o prácticamente cualquier cosa que haga circular la sangre por su sistema. Y, oye, si puedes sudar un poco, ¡aún mejor!

No necesitas esforzarte demasiado para disfrutar los resultados de la actividad física. Pero, si planea tomar actividades de intensidad moderada a alta, asegúrese de consultar primero con su médico.

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