La Semana Nacional de Concientización sobre el Trastorno de la Alimentación se lleva a cabo del 21 al 27 de febrero en todo el país. Solamente en los Estados Unidos, se estima que 30 millones de personas padecen un trastorno alimentario, que puede incluir bulimia, anorexia nerviosa y trastorno por atracones. Más de la mitad de las personas con un trastorno alimentario también padecen depresión. Las mujeres se ven afectadas abrumadoramente por los trastornos de la alimentación, que oscilan entre el 85 y el 95% de todos los que la padecen. Los números para los hombres son, por lo tanto, del cinco al 15%, pero esos números son quizás incorrectos porque los hombres tienden a no buscar tratamiento para los trastornos alimentarios; culturalmente, todavía se considera un problema para las mujeres. Las estadísticas actuales dicen que solo una de cada 10 personas será tratada por su trastorno alimentario, y las tasas de mortalidad son las más altas entre las personas con una enfermedad mental (los trastornos alimentarios se clasifican como enfermedades mentales).
A través de la investigación, estamos comenzando para comprender mejor que los trastornos alimentarios tienen mucho menos que ver con los alimentos que con una combinación de otros factores que contribuyen, como la genética, la biología, la psicología y las influencias sociales. Los investigadores quieren obtener una mejor comprensión de cómo la función cerebral y la genética desempeñan un papel crucial en los trastornos alimentarios a fin de dirigir tratamientos terapéuticos más exitosos hacia las partes del cerebro que controlan las conductas alimentarias. Específicamente estudiando imágenes cerebrales y genética ayudará a desarrollar una mejor comprensión de cómo abordar el tratamiento de adultos y adolescentes que sufren de trastornos de la alimentación.