No todos los avances médicos comienzan en un laboratorio. Uno de los últimos avances en la atención médica es eficaz y engañosamente simple. Los médicos ahora están escribiendo recetas para el ejercicio. Llamadas “recetas verdes” o “GRx”, estas órdenes de ejercicio son populares entre los médicos que están acostumbrados a que sus pacientes tomen con diligencia las píldoras que prescriben, pero ignoran rutinariamente sus consejos para volverse más activos.
Los defensores de la práctica sostienen que este nuevo tipo de prescripción es una forma inteligente y económica de ayudar a los pacientes a mantenerse saludables. En lugar de simplemente aconsejar a los pacientes que intenten hacer algo de ejercicio, los profesionales de la salud escriben prescripciones y hacen solicitudes formales para que los pacientes se activen.
Investigadores de la Universidad Massey en Nueva Zelanda estudiaron recientemente la efectividad de un programa GRx. Se recogieron y compararon datos de entrevistas en profundidad con 20 mujeres, de 40 años o más, que habían sido miembros de un programa GRx en Auckland.
Todas las mujeres informaron experiencias positivas del programa GRx y mostraron una mejora en su actividad física, conductas de estilo de vida y síntomas de salud. Muchas de estas experiencias positivas se atribuyeron a la atmósfera social y amigable creada por sus compañeros y personal durante el programa de ejercicios, las opciones de ejercicio ofrecidas y los talleres educativos a los que asistieron los participantes.
Los resultados no son sorprendentes. El ejercicio regular es esencial para cualquier estilo de vida saludable. Algunos de sus beneficios, como perder peso y mejorar la salud cardiovascular, son obvios, mientras que otros, como evitar el daño cerebral y ayudar a controlar la diabetes, no lo son. Pero la clave de este movimiento es que esos beneficios simplemente no son suficientes para motivar a algunas personas a hacer ejercicio. Necesitan un empuje extra. Y, una prescripción verde podría ser la solución.
