Un ingeniero graduado de la Universidad Tecnológica de Delft en los Países Bajos ha desarrollado un dron que puede responder rápidamente a situaciones médicas más rápido que una ambulancia. El dron de Alec Momont puede volar a velocidades de hasta 100 millas por hora y lleva un desfibrilador. Si se utiliza, su dron podría ayudar a salvar víctimas de ataque cardíaco al reducir el tiempo de respuesta, aumentando las probabilidades de recuperación y supervivencia.
Los tiempos de respuesta al tratamiento médico son uno de los factores más importantes en la atención de emergencia y un zumbido que puede llegar al sitio de una emergencia que transporta el equipo necesario es un paso en la dirección correcta.
El dron no podrá llevar a los miembros del equipo de respuesta de emergencia pero está equipado con una cámara y audio en vivo que se conectará personas en la escena de la situación con profesionales médicos capacitados que los guiarán a través de procedimientos que salvan vidas, tales como usar el desfibrilador correctamente, hasta que lleguen los técnicos médicos de emergencia (EMT). Solo alrededor del 20% de las personas sabe cómo usar un desfibrilador correctamente, y con un técnico de emergencias médicas entrenado que brinda orientación, se cree que este número podría aumentar al 90%. Momon calcula el costo por dron en aproximadamente $ 16,700 US
En 2010, los drones lanzaron pequeños paquetes de ayuda a Haití después del terremoto, y Doctors Without Borders utilizó drones para transportar muestras de prueba de una ciudad remota a una ciudad más grande en Papúa Nueva. Guinea. La comunidad médica está probando el uso de drones en la entrega de asistencia médica porque podrían agregar un ángulo potencialmente importante a la atención médica y las situaciones de respuesta de emergencia. Un dron típico en este momento puede transportar cinco libras y viajar de 20 a 60 millas.
Dr. Timothy Amukele, un patólogo de John Hopkins, está explorando la idea de enviar muestras de sangre de un lugar a otro con drones. Reconoce que si las muestras son dañadas o deterioradas de alguna manera, la idea no es factible, pero sus pruebas hasta ahora han demostrado que las muestras de sangre permanecen intactas y no son dañadas por la presión del aire, por ejemplo.
En lugares remotos en todo el mundo que no tienen carreteras o lugares en los EE. UU. que tengan mucho tráfico, los aviones no tripulados podrían transportar muestras de sangre que deben probarse mucho más rápido y con menos limitaciones porque estarían utilizando un espacio de aire ordenado. Hay muchos obstáculos por superar antes de que la idea pueda implementarse, como la seguridad (asegurándose de que llegue sin intercepción) y quién pilotearía el dron.