Efectos secundarios de cambio de dieta

Si tiene problemas para seguir una dieta, puede que no sea simplemente por una resolución débil o falta de fuerza de voluntad. Un nuevo estudio ha indicado que, para algunas personas, las primeras etapas de una dieta pueden ser tan difíciles de lograr como la extracción de drogas.

Los investigadores canadienses, en un estudio en ratones, llegaron a esa conclusión desalentadora. Incluso para las personas que hacen dieta que no son obesas, el consumo de alimentos dulces y / o llenos de grasa provoca cambios químicos en el cerebro, los mismos cambios que una persona adicta a los narcóticos o la nicotina podría tener. Eso significa que privarse repentinamente de alimentos grasos y azucarados podría dar a un dietista los mismos síntomas que la abstinencia del fármaco.

Los cerebros de los ratones a los que se les administró una dieta alta en grasas y azucarados fueron notablemente diferentes a los de los otros roedores con una dieta saludable. Desafortunadamente, los cambios químicos son los que tienden a ocurrir cuando aparece la depresión, lo que indica que la alimentación poco saludable perpetúa los trastornos del estado de ánimo. Si cambias las dietas, puede causar síntomas de abstinencia y menos capacidad para lidiar con el estrés, lo que podría enviar al dietario a alimentos no saludables.

A los fines del estudio, los investigadores definieron una dieta alta en grasas como aquella en la que la grasa constituía al menos el 58% de las calorías consumidas (no recomendaban más del 11% en una dieta saludable). Posteriormente, los ratones con alto contenido de grasa tenían un 11% más de circunferencias de cintura que sus compañeros bajos en grasa, pero técnicamente no eran obesos.

Los ratones con alto contenido de grasa también sufrieron una mayor ansiedad, indicada por su evitación de áreas abiertas. Sus cerebros fueron cambiados físicamente, y estaban formando activamente cantidades más grandes de dopamina. La dopamina mejora los estados de ánimo de los ratones: la dieta poco saludable los hacía sentir bien. Al mismo tiempo, tenían niveles más altos de hormonas asociadas con el estrés. Esto ayuda a mostrar por qué la depresión es un problema mayor y por qué las personas tienden a seguir comiendo alimentos grasos y azucarados.

Romper el ciclo, seguir una dieta, significa luchar contra estos cambios en el cerebro. La mejor apuesta sería reducir lentamente la ingesta de estos alimentos y bebidas, ya que cualquier reversión repentina de la dieta probablemente terminará en derrota.

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