Aquí hay un enigma interesante: una enfermedad que causa dolor crónico por un lado y pacientes que se niegan a tomar sus medicamentos por otro lado. . ¿Cómo puede ser que estas dos cosas existan juntas?
Parte de la respuesta radica en la naturaleza de la enfermedad en sí misma; en este caso, estamos hablando de artritis. La palabra artritis se refiere a casi 200 versiones diferentes de la enfermedad. En general, la artritis se puede dividir en dos categorías: osteoartritis y artritis reumatoide. La osteoartritis, de acuerdo con la Arthritis Foundation, que está celebrando el Mes de Concientización sobre la Artritis en mayo, es el resultado del desgaste natural de las articulaciones. La artritis reumatoide, por otro lado, es una afección inflamatoria en la que el propio sistema inmunitario del cuerpo ataca por error a sus células sanas.
Puede ser un desafío revertir los síntomas de la artritis: los expertos médicos dicen que no hay cura. Muchas personas descubren que vivir con dolor simplemente se convierte en parte de sus vidas. Los médicos prescriben libremente medicamentos y, sin embargo, según un estudio reciente, muchos no toman estos medicamentos. Esta “no adhesión intencional” es desenfrenada.
¿Por qué los pacientes con artritis se niegan a tomar medicamentos recetados? Parte del problema es la amenaza constante de los efectos secundarios. Los NSAID, los medicamentos más comúnmente recetados como analgésicos para las personas con osteoartritis, pueden causar problemas cardíacos. Aunque los expertos médicos de la Facultad de Medicina de Harvard dicen que los riesgos cardiovasculares son pequeños, “vale la pena conocerlos”.
Los AINE pueden elevar la presión arterial. Esto puede ser especialmente problemático si alguien con artritis también tiene presión arterial alta. Los AINE pueden disminuir la efectividad de los medicamentos para la presión arterial. Y las drogas también podrían desempeñar un papel en el desarrollo de la aterosclerosis. Los AINE hacen esto al activar el crecimiento de las células del músculo liso dentro de las arterias, haciéndolas “más duras” y más susceptibles a los depósitos de grasa. Los AINE comunes prescritos a los pacientes con artritis incluyen inhibidores COX-2 que incluso podrían aumentar el riesgo de tener un ataque cardíaco.
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Pero los efectos secundarios no son el único impedimento para los pacientes con artritis de tomar medicamentos recetados; el costo también es un factor importante. Los AINE populares como “Celebrex” y “Voltaren” pueden costar más de $ 200 por el suministro de un mes. Luego, está la cuestión del gran número de píldoras que se deben tomar según lo programado.
Si los pacientes con artritis realmente deben recibir ayuda a través de la medicación, los científicos deben trabajar juntos para encontrar medicamentos que tengan efectos secundarios mínimos. Arriesgar tu corazón simplemente no es lo suficientemente bueno. Los medicamentos que son asequibles también deben ser fabricados.
Cualquier enfermedad crónica pone a los pacientes en un aprieto. ¿Es más fácil simplemente vivir con los síntomas o pagar medicamentos costosos que causan efectos secundarios? La elección debería ser diferente. Para algunos, esta opción implica recurrir a medicamentos naturales como la glucosamina y la condroitina.
Sufrir de una afección dolorosa ya es un reto, pero tener que lidiar con grandes gastos de bolsillo solo supone una carga adicional para los pacientes con artritis. Sacar provecho del dolor y la miseria de las personas no debe ser una prioridad para las compañías farmacéuticas. Los gobiernos deben intervenir para crear medicamentos seguros y asequibles para quienes realmente lo necesitan.
En este Día Mundial de la Diabetes Autoinmune, queremos alentarlo a que tome conciencia de la necesidad de más investigación y más tratamientos para ayudar a curar esta debilitante condición.
¡Feliz mes de concientización sobre la artritis! Infórmese sobre cómo todos podemos hacer nuestra parte para encontrar una cura.