Cada año, América del Norte experimenta un puñado de … brotes bacterianos publicitados. La mayoría de ellos son enfermedades transmitidas por los alimentos. Mientras que lavarse las manos es la forma principal de prevenir la propagación de tales gérmenes, mantener los utensilios limpios también ayuda. Y un nuevo estudio dice que debemos prestar especial atención a los cuchillos y ralladores.
Descubrieron que, al usar utensilios limpios, más de la mitad de todos los cuchillos y ralladores se contaminaron después de preparar el producto contaminado. Cualquier uso posterior del cuchillo o del rallador permitiría que el virus se transfiriera de nuevo.
De hecho, un cuchillo contaminado es capaz de transferir un virus a hasta siete pedazos más de comida. La cantidad de contaminación involucrada se remonta al tipo de producto y tipo de virus. He aquí un ejemplo: un melón liso transfirió más norovirus a los cuchillos que la superficie más áspera de un melón cantalupo, pero el melón más áspero realmente transfirió más del virus de la hepatitis A.
Esto es todo para mostrar la facilidad con que un virus puede propagarse a través de su comida, en función de su capacidad para engancharse a los cuchillos y ralladores. Los investigadores lo llaman un “riesgo significativo para la salud”. Y tal vez es hora de extender la práctica de lavarse bien las manos a la de lavar nuestros utensilios, haciéndolo igual de bien y con la misma frecuencia.