Los olores inducidos por la enfermedad están lejos del dominio de problemas oscuros como el jarabe de arce o la trimetilaminuria -un trastorno genético que hace que los enfermos huelan a pescado podrido. Pero un estudio publicado por científicos en el Instituto Karolinska en Suecia encontró que hay diferencias sutiles en el cuerpo de una persona, aliento, sangre y olor a orina que denotan enfermedad y posiblemente una amenaza de contagio.
El hallazgo no es, en sentido estricto, un nuevo descubrimiento. Se ha observado que ciertas enfermedades hacen que el olor corporal de una persona cambie debido a la forma en que afectan los arreglos químicos del cuerpo. Se ha observado que la fiebre tifoidea hace que las víctimas huelan a pan cocido y la diabetes tiene el olor característico de las manzanas podridas debido a las bajas concentraciones de acetona. Sin embargo, normalmente se necesita una nariz entrenada (o un perro) para notar la diferencia.
Lo que el equipo sueco intentó hacer fue evaluar el impacto de la enfermedad en general en el olor corporal en lugar de centrarse en una dolencia específica. La teoría era que la capacidad de detectar individuos infectados era una evolución que permitía identificar y evitar la enfermedad.
El estudio empleó a ocho voluntarios sanos a los que se inyectó un placebo o un compuesto llamado LPS, que es se sabe que desencadena respuestas inmunitarias e inflamatorias. De esta manera, los voluntarios que recibieron LPS comenzaron a experimentar una forma de respuesta inmune genérica a las bacterias invasoras. Los voluntarios usaban camisetas que luego se recogían y se presentaban a un panel de jueces entrenados en la nariz. El panel de 40 tuvo entonces la difícil tarea de olfatear las camisas y describir la intensidad y la grata sensación del olor. Se observó que los cuerpos inyectados con LPS tenían un olor más repelente, sugiriendo que la enfermedad afecta el olor corporal.
El equipo realizó estudios adicionales más tarde que encontraron olor desagradable, si otra persona o algo así como la comida podrida fue suficiente para desencadenar. una ligera reacción inmune. Esto sugiere que el cuerpo utiliza el olor como una forma de luz de advertencia e intentará evitar una posible infección en respuesta a olores ofensivos.
Se planifican investigaciones adicionales para investigar cómo la enfermedad afecta el olor de la orina y el aliento, aunque estos elementos probar más difícil de probar. Como cualquiera que haya comido ajo o espárragos puede atestiguar, cómo el aliento y el olor a orina a veces son más una cuestión de lo que has comido que de si estás enfermo.