Si te gusta esa patada que obtienes de las comidas picantes, entonces probablemente eres un fanático de wasabi, semilla de mostaza y ajo. Algunas personas no pueden soportar el dolor que provocan estos alimentos, mientras que otros disfrutan de él. Cualquiera que sea el tipo de persona que sea, puede agradecerle a un único receptor de dolor los efectos de todos estos alimentos.
Recién ahora estamos aprendiendo cómo se detecta el dolor en el cerebro y un estudio reciente muestra que puede haber diferentes tipos de dolor que se pueden atribuir a un solo receptor. Estos tres alimentos crean sensaciones únicas diferentes en la lengua, pero dentro del cuerpo, todos los mensajes que envían estos artículos van directamente al mismo lugar: el receptor del dolor TRPA1.
Curiosamente, este no es el mismo receptor que siente la sensación picante de la capsaicina. Resulta que el camino parece estar activado por el calor.
Lo mejor de este descubrimiento es que puede ayudar a los científicos a encontrar la forma de detener ciertas respuestas negativas del dolor en el cuerpo, como las de la artritis u otras afecciones inflamatorias. Descubrieron que los ratones que tenían este receptor TRPA1 bloqueado en el cerebro podían manejar fácilmente el contacto con el aceite de mostaza.
Normalmente, los animales intentarían lamer la sustancia o sacudirla con sus patas. Esto también puede explicar por qué ciertas personas no responden a los alimentos picantes con mucha fuerza, mientras que otros apenas pueden tocarlos.
El receptor del dolor también cumplió una doble función como objetivo de una sustancia proinflamatoria. Este es también un descubrimiento importante, ya que el producto inflamatorio causa dolor y sensibilidad a la temperatura y al tacto. TRPA1 también reacciona a los subproductos de algunos medicamentos, como los utilizados en la quimioterapia.
En este momento, los médicos están buscando maneras de cerrar el receptor del dolor TRPA1 durante la quimioterapia, para que los pacientes experimenten menos efectos secundarios y menos dolor. Esto podría significar una mejor calidad de vida para los pacientes con cáncer. Además, con una mayor exploración de la naturaleza de este receptor, los científicos esperan encontrar una manera de bloquear el dolor general y posiblemente incluso desarrollar tratamientos para personas con tos y asma.