Esté atento a la depresión después del ataque al corazón

Según un nuevo estudio en Luxemburgo, los sobrevivientes de ataques cardíacos tienen tres veces más probabilidades de sufrir depresión en seis meses que las personas cuyos corazones están bien. Esto es lo que necesita saber.

Primero, después de tener un ataque al corazón, la depresión puede parecer una broma, palideciendo en comparación. Pero, la depresión en cualquier forma es una condición seria. Si no se trata, puede poner a un sobreviviente en riesgo de futuros eventos cardíacos, que por supuesto siempre conllevan el riesgo de muerte. Lo que aún no sabemos es qué está causando una alta prevalencia de depresión en pacientes con ataque cardíaco.

Los investigadores entrevistaron a 36 pacientes cardíacos tres veces; el primero, poco después de su primer ataque al corazón, luego de seis a ocho semanas después, y luego a los seis meses. Se les preguntó sobre los niveles de fatiga, la salud general, los síntomas específicos de la enfermedad, el trabajo y la vida familiar. También incluyó preguntas para descubrir cómo las personas estaban lidiando con la experiencia de tener un ataque al corazón.

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Esta puede ser la primera momento en que descubrimos que la forma en que los pacientes perciben su ataque cardíaco tiene un efecto inmediato en su riesgo de desarrollar depresión. Los investigadores encontraron que si una persona continúa viendo su ataque cardíaco como una amenaza seria, es más probable que experimenten depresión, incluso semanas más tarde. Pero, si una persona puede entrenar sus pensamientos sobre la recuperación y buscar el apoyo de amigos y familiares, entonces él o ella reduce grandemente su riesgo de depresión.

El consejo de salud aquí es que los pacientes con infarto deben hacer lo que puedan para obtener una una perspectiva más positiva de la vida. Puede ser difícil después de un evento que cambia la vida, como un ataque al corazón, o por la misma razón, puede que no sea tan difícil en absoluto. Trabaje con su médico o cardiólogo para obtener las intervenciones psicológicas adecuadas, que pueden protegerlo del flagelo de la depresión. Una recuperación sin problemas está en juego.

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