Estudio francés que relaciona el maíz de Monsanto con el riesgo de tumor se retrae

Los temores sobre los alimentos modificados genéticamente (OGM) han ido en aumento. Una de las preocupaciones más grandes y siniestras es que el consumo de alimentos transgénicos podría aumentar el riesgo de cáncer.

Un estudio francés publicado el año pasado obtuvo mucha prensa e interés después de afirmar que el maíz transgénico alimentado con ratas causaba tumores. El estudio se encontró con el temor del público y el desprecio de otros investigadores, que descartaron las afirmaciones que vinculan el maíz transgénico con el crecimiento tumoral. Muchos expertos en el campo llamaron a la pseudociencia del estudio y que deliberadamente intentó avivar los temores sobre el consumo de alimentos OGM.

Parece que esos pensamientos pueden haber estado justificados después de todo, ya que este estudio fue retractado recientemente. Los investigadores que realizaron el ensayo inicialmente habían publicado sus resultados en Food and Toxicology [Alimentos y Toxicología] una revista muy respetada por los científicos. El estudio francés afirmó que el maíz transgénico de Monsanto desarrolló tumores cancerosos en ratas, así como desencadenó signos de daño hepático y renal. Los investigadores continuaron afirmando que cuando las ratas fueron alimentadas con maíz Monsanto y bebieron agua que contenía los niveles permitidos de Roundup, murieron antes que sus contrapartes que fueron alimentadas con una dieta normal.

Este estudio también fue notable por las fotos que publicó de ratas con tumores de aspecto alarmante saliendo de sus cuerpos. El público aprovechó estas imágenes y los resultados del estudio se extendieron rápidamente como un reguero de pólvora por toda la comunidad médica. La palabra “Frankenfood” se convirtió en algo común en los titulares.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que los científicos comenzaran a impugnar tanto la ejecución del estudio como los resultados. Según un equipo de investigadores, el estudio francés no reconoció que las ratas son muy susceptibles de contraer tumores, sin importar la dieta. Al revisar los datos del estudio, los científicos impugnaron que no se podían llegar a conclusiones sinceras. Las discrepancias continuaron siendo desenterradas hasta que finalmente se instó a los investigadores a retractarse del estudio.

El equipo de investigación defiende su trabajo, sin embargo, diciendo que el nuevo editor contratado por Food and Toxicology había trabajado anteriormente para Monsanto para un número de años.

El debate sobre la salubridad de los alimentos transgénicos continuará. Hay quienes piensan que manipular la Madre Naturaleza solo conducirá a problemas en el futuro y una mala salud para los humanos. Los defensores de los alimentos transgénicos dicen que la práctica de modificar genéticamente las plantas ha estado ocurriendo durante mucho tiempo. Los métodos son ahora más sofisticados y eficientes, pero el principio básico sigue siendo el mismo: las plantas pueden cruzarse para producir mayores cosechas.

Los alimentos transgénicos ya se han convertido en realidad. Están en su supermercado local y muchos de nosotros los comemos sin darnos cuenta. Hay activistas, ecologistas, científicos y médicos que continuarán siguiendo el desarrollo y consumo de alimentos OGM. Es probable que se realicen más investigaciones, pero ninguna de las partes del debate será feliz hasta que los ensayos clínicos realizados en humanos muestren evidencia irrefutable de causa y efecto.

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