Ya fue bastante malo que Sierra Leona viera su primer caso de ébola en meses, pero la reticencia de los lugareños amenaza con impedir los esfuerzos para evitar que el virus se propague más por todo el país.
La semana pasada , Se confirmó que Mariatu Jalloh murió por el virus del Ébola. Desafortunadamente, los esfuerzos para rastrear a las personas que pudieron haber estado expuestas han tenido un éxito limitado. Hasta el momento, se han perdido 50 posibles contactos y la comunidad no ha cooperado con los intentos de los funcionarios de salud de rastrearlos. Se cree que esta profunda sospecha es uno de los factores detrás de la propagación inicial del ébola cuando el brote comenzó hace aproximadamente dos años. Uno de los contactos, el padrastro de Jalloh, incluso se cree que huyó en bote a Freetown, la capital.
Un segundo caso de ébola se encontró en Sierra Leona el miércoles, lo que aumentó aún más los temores y las tensiones. Durante el brote inicial, los oficiales del ejército de Gran Bretaña establecieron una serie de centros de comando y un Centro Nacional de Respuesta a Emergencias (NERC) para ayudar a tratar los casos. Esta vez, NERC cerró y la mayoría de los trabajadores médicos internacionales se mudaron a otros países o regresaron a sus hogares.
Esta es la primera vez que las sospechas locales frustraron los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud y otros grupos tratando de contener y combatir el virus del Ébola. Existen numerosas causas para esta resistencia, pero algunas de las razones están arraigadas en las prácticas culturales. La cultura de África occidental hace hincapié en permanecer cerca de los familiares enfermos para ayudar a cuidarlos. Además, los funerales implican tocar el cadáver, una forma fácil de propagar el Ébola. Contribuir al problema es una creencia entre algunos de que los médicos occidentales son responsables de propagar la enfermedad o que sus tratamientos son ineficaces. Aunque la prevalencia de estas creencias ha disminuido en el curso del brote, la sospecha aún persiste y estará haciendo un retorno frente a estos nuevos casos.
Actualmente más de 109 personas en Sierra Leona están en cuarentena como parte del país mayor vigilancia. Uno de los temores más grandes es que el ébola pueda volver a Freetown, que vio una rápida propagación del virus a fines de 2014. En aquel entonces, el cementerio principal del Capitolio se llenó por encima de sus límites y las ambulancias y hospitales locales lucharon bajo el puro números de los enfermos.