¿Podría ser que sus glóbulos blancos que combaten las infecciones sean los responsables de desencadenar el desarrollo de nuevas células cancerosas? Investigadores de la Universidad McGill en Montreal piensan que sí.
Según los investigadores, estos glóbulos blancos que normalmente protegen al cuerpo de los invasores y patógenos externos pueden ayudar a las células cancerosas a diseminarse a los tumores secundarios. Si bien esto puede parecer una noticia angustiante, puede dar lugar a algo muy positivo en el mundo del tratamiento del cáncer: la adaptación de los medicamentos existentes utilizados en el tratamiento de otras enfermedades. Estos medicamentos se pueden aprovechar para combatir los glóbulos blancos que desencadenan metástasis. Lo único que queda por determinar es la dosis necesaria para detener este proceso y el momento óptimo para tomar el medicamento.
Cuando el cáncer se ha metastatizado, pequeños grupos de células se han transportado a través de la sangre o la linfa a otro sitio en el cuerpo. Un nuevo tumor comienza a crecer en este nuevo sitio y se dice que el cáncer se diseminó o invadió otras partes del cuerpo, separadas del tumor original.
¿Cómo descubrieron los investigadores el vínculo entre los glóbulos blancos y el cáncer metastásico? Primero se dieron cuenta de investigaciones anteriores que los pacientes de cáncer que experimentaron una infección severa después de la cirugía tenían una probabilidad mucho mayor de que el cáncer volviera en otros lugares del cuerpo. Esto llevó a los investigadores a investigar el proceso de infección y las células que estaban muy involucradas en el proceso de infección. Un lugar obvio para observar eran los glóbulos blancos.
Estas células son utilizadas por el cuerpo para combatir las infecciones y también juegan un papel en la inflamación y las reacciones alérgicas. Los glóbulos blancos circulan en la sangre para que estén listos para moverse rápidamente a un área donde estalla una infección. El problema que enfrentaron los investigadores fue rastrear qué glóbulos blancos podrían estar implicados en la metástasis del cáncer.
En un adulto normal, hay más de 8,000 glóbulos blancos por microlitro de sangre. Estas células se pueden dividir en seis grupos principales: neutrófilos, eosinófilos, basófilos, bandas, monocitos y linfocitos. Los neutrófilos conforman con mucho la mayor parte de los glóbulos blancos al 58%.
En una corazonada, los investigadores se enfocaron en los neutrófilos. Cuando los neutrófilos son una fuerza para el bien, son una de las principales defensas del cuerpo contra las bacterias. De hecho comen bacterias, un proceso llamado fagocitosis. Cada neutrófilo puede fagocitar hasta 20 bacterias antes de morir. ¡Qué ingenioso sistema dentro del cuerpo para tratar con bacterias dañinas!
Sin embargo, cuando se trata de células cancerosas, los neutrófilos pueden atrapar no solo a las bacterias, sino también a las células cancerosas. En lugar de eliminar las bacterias y las células cancerosas juntas, los investigadores descubrieron que los neutrófilos activaban de alguna manera las células cancerosas. Esta activación los hace mucho más propensos a desarrollar más tumores en el cuerpo.
Ahora, aquí es donde los medicamentos pueden ayudar. Según el equipo de investigación, el uso de medicamentos para descomponer el sistema de atrapamiento de los neutrófilos podría reducir significativamente el riesgo de crecimiento tumoral y metástasis. Al menos, esto es lo que encontraron los investigadores cuando dieron medicación a ratones que tenían cáncer.
Tendremos que estar atentos a este descubrimiento emocionante. Este podría ser un tratamiento muy prometedor para detener la propagación de las células cancerosas y el grave riesgo que múltiples tumores ponen en la salud de un individuo.