Los investigadores de Harvard criaron ratones genéticamente propensos a desarrollar artritis en un ambiente libre de gérmenes. Estos ratones tenían menos anticuerpos causantes de artritis que los ratones criados en un entorno normal. Los ratones fueron puestos en un ambiente libre de gérmenes y tenían una bacteria intestinal común colocada en sus estómagos. Según el equipo de investigación, los animales rápidamente comenzaron a producir anticuerpos y desarrollaron artritis en cuatro días.
Los investigadores explicaron rápidamente que los ratones no contrajeron la artritis a través de una infección bacteriana, sino que la bacteria desencadenó un programa de artritis para jugar una vez que fueron genéticamente susceptibles a la enfermedad. En otras palabras, la bacteria causó que los ratones produjeran más de un tipo de glóbulo blanco. El sistema inmune luego reaccionó a estas células como anticuerpos amenazantes que a su vez desencadenaron la artritis.
Esta idea de las bacterias del estómago que causan la artritis no es tan descabellada. Ciertas bacterias se han relacionado con el síndrome del intestino irritable, úlceras estomacales y otras afecciones. El equipo de investigación espera que, en el futuro, el cambio de bacterias en el intestino pueda prevenir o tratar algunas de estas enfermedades. También especularon que el uso excesivo de antibióticos puede estar cambiando el ambiente bacteriano en el estómago y causando un aumento drástico en las enfermedades.
Los hallazgos de este último estudio podrían conducir a una forma completamente nueva de ver las enfermedades autoinmunes e incluso podrían dar como resultado nuevas formas de tratarlos o prevenirlos. Eventualmente podría ser posible proteger a una persona de una condición como la artritis tratándola con probióticos o antibióticos.