Después de una larga revisión de estudios anteriores, los investigadores descubrieron que tanto los médicos como las enfermeras pueden ayudar a las personas que tienen problemas con la bebida. Una breve “intervención” por parte de un profesional de la salud puede permitirle a los bebedores empedernidos reducir el consumo de alcohol.
Esto sugiere que las personas que podrían necesitar ayuda no necesitan recurrir a grupos como AA desde el primer momento. Pueden reservar una cita en el consultorio del médico. Esto es importante, ya que es un movimiento mucho menos dramático que el control de grupos de abuso de alcohol.
En el estudio, resultó que uno de cada cinco pacientes bebía lo suficiente como para afectar negativamente su salud. Los datos fueron de 21 estudios que sumaron casi 7,300 pacientes que acudieron a la clínica. Ninguno fue por tratamiento de alcohol; en cambio, otras quejas.
Aquellos que bebieron demasiado se dividieron en dos grupos. Uno no recibió ninguna intervención. El otro recibió intervenciones breves de alcohol: de cinco a 15 minutos con un médico, un poco más con una enfermera. Estas sesiones cortas, básicamente escuchando consejos, tuvieron un impacto significativo.
En promedio, las personas (alrededor de los 42 años) bebían más de 30 bebidas estándar a la semana. Eso equivale a 320 g de alcohol. Con la ayuda de estas breves conversaciones con un médico o una enfermera, ese grupo redujo su ingesta en 41 g por semana. Eso es alrededor de cinco bebidas menos. Este fue un resultado bastante claro en todos los ámbitos, evidencia directa de que estas intervenciones profesionales dan frutos.
La estrategia funciona mejor para los hombres, que fueron capaces de reducir el consumo de alcohol en la semana en un promedio de casi 60 g. Para las mujeres, el beneficio no es tan claro porque simplemente no ha habido suficientes estudios. Pero es razonable suponer que estas intervenciones funcionan para ambos sexos. Por lo tanto, las personas no solo pueden recurrir a su propio médico para obtener un poco de ayuda con el alcohol, sino que los médicos pueden tomarse el tiempo para hablar sobre pacientes que parecen estar bebiendo demasiado.
Este es un buen lugar para que esto suceda: un médico oficina, donde las opiniones son profesionales e importantes. Y tenga en cuenta que el “alcoholismo” es una cosa y el “abuso de alcohol” otra. Esto último significa que una persona bebe en exceso causando problemas de salud, pero no es adicto a las bebidas alcohólicas. Cualquiera de los casos puede ser ayudado con la intervención.
Según los funcionarios de salud de los EE. UU., Casi 18 millones de estadounidenses abusan del alcohol y 100,000 mueren cada año por causas relacionadas con el consumo de alcohol.