Los alimentos ricos en vitamina E podrían reducir el riesgo de demencia

Mencione algunas noticias importantes y positivas a nuestro viejo amigo, el super antioxidante, la vitamina E.

Un nuevo estudio descubrió que, si come más alimentos ricos en vitamina E, parece tener un riesgo menor de desarrollando la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Esta noticia proviene de la prestigiosa revista “Archives of Neurology”.

“Estrés oxidativo” es un término clínico que significa daño a las células por exposición al oxígeno. Es la frase operativa cuando se habla de antioxidantes, porque es el estrés oxidativo que estamos tratando de prevenir. Se cree que este estrés juega un papel en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

Los primeros datos sugieren que los antioxidantes, nutrientes que ayudan a reparar este daño, pueden proteger contra la degeneración de las células del sistema nervioso. Hasta ahora, los suplementos antioxidantes no han demostrado ser efectivos para prevenir la enfermedad de Alzheimer en estudios importantes. Sin embargo, existe una amplia variedad de antioxidantes en los alimentos que no se han estudiado bien con respecto a la demencia.

Es allí donde dirigimos nuestra atención. Investigadores en Holanda evaluaron a casi 5,400 adultos de 55 años o más que no tenían demencia entre 1990 y 1993. Estos individuos fueron entrevistados en casa, hicieron dos exámenes clínicos al inicio del estudio y proporcionaron información dietética a través de una lista de verificación basada en las comidas y un cuestionario sobre alimentos.

El estudio se centró en cuatro antioxidantes: vitaminas E y C, betacaroteno y flavonoides. Las principales fuentes alimenticias de vitamina E fueron la margarina, el aceite de girasol, la mantequilla, la grasa para cocinar, el aceite de soja y la mayonesa. La vitamina C proviene principalmente de naranjas, kiwi, jugo de toronja, pomelo, coliflor, pimientos rojos y repollo rojo. El betacaroteno provino de zanahorias, espinacas, sopa de verduras, escarola y tomate. Y los flavonoides eran de té, cebollas, manzanas y zanahorias.

Durante la próxima década más o menos, 465 participantes desarrollaron demencia; 365 de ellos tenían la enfermedad de Alzheimer. Descubrieron que aquellos que consumían la mayor cantidad de vitamina E tenían un 25% menos de probabilidades de desarrollar demencia que aquellos que consumían menos. Mientras tanto, los niveles de vitamina C, betacaroteno y flavonoides no estaban relacionados con el riesgo de demencia.

El cerebro es especialmente vulnerable al daño oxidativo. Este daño, con el tiempo, se cree que contribuye al desarrollo de la demencia. La vitamina E es una vitamina fuerte soluble en grasa que podría ayudar a prevenir la cadena de eventos que conduce a la degeneración de las neuronas.

Otras fuentes alimenticias de vitamina E incluyen hojas de mostaza, acelgas, espinacas, semillas de girasol, almendras, col rizada papaya, pimientos y aceitunas.