Ahora hay buena evidencia para mostrar que el ejercicio y la vitamina D podrían proteger al cuerpo de la demencia.
Tres nuevos estudios a largo plazo ahora respaldan firmemente la idea de que existe un vínculo entre la actividad física y ciertos elementos de la dieta (vitamina D y té) y un riesgo reducido de demencia. Los tres se presentaron recientemente en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer sobre la enfermedad de Alzheimer 2010.
En el frente del ejercicio, los investigadores de Boston hicieron el enlace como parte del “Estudio Framingham” a largo plazo e innovador que ha proporcionado una gran visión médica por más de 40 años. En él, los investigadores calcularon los niveles de actividad física de 24 horas de más de 1,200 adultos mayores, y luego los siguieron para ver el nivel de demencia. Durante los siguientes 20 años, 242 personas desarrollaron demencia, y la mayoría desarrolló la enfermedad de Alzheimer.
Aquellos que realizaron niveles moderados a altos de actividad física tuvieron un 40% menos de riesgo de demencia. Por el contrario, aquellos que informaron los niveles más bajos de ejercicio tenían un 45% más de probabilidades de desarrollar demencia. Esto es grande, ya que es el primer estudio que rastrea tales desarrollos durante un largo período de tiempo. Está claro que mantenerse al menos moderadamente activo reducirá el riesgo de demencia, incluso en adultos mayores.
En el frente de la vitamina D, nuevos estudios muestran que una deficiencia en este importante nutriente está relacionada con el deterioro cognitivo y la demencia. En un estudio, los investigadores observaron a 3.325 adultos mayores de 65 años, midiendo los niveles de vitamina D y cómo los participantes lo hicieron en pruebas de memoria, orientación en el tiempo y el espacio y la capacidad de mantener la atención.
El estudio encontró que las probabilidades de el deterioro cognitivo fue aproximadamente un 42% más alto en las personas con deficiencia de vitamina D. Fueron casi un 400% más altas en aquellos con deficiencia grave de vitamina D. Se cree que la mayoría de los adultos estadounidenses mayores tienen niveles insuficientes de vitamina D. Esto se debe a que la piel se vuelve menos eficiente en la producción de vitamina D con la edad y la exposición a la luz solar es más limitada.
En este caso, los suplementos de vitamina D han demostrado ser una forma segura, económica y efectiva de tratar la deficiencia. Prestar atención a la vitamina D podría ayudar a proteger la mente de los estragos de la demencia, así como a proteger al cuerpo de una larga lista de otras afecciones.
Finalmente, se encontró un tercer vínculo con el té. Los investigadores encontraron que las personas que consumían té en una variedad de niveles tenían un declive cognitivo significativamente menor (17% a 37%) que los que no bebían té. El mayor nivel de protección, 37%, se observó en personas que bebían de una a cuatro tazas por semana.
Más alimento para el pensamiento en la batalla en curso contra la demencia.