Una nueva investigación dice que el asma se diagnostica erróneamente de forma regular entre los adultos. En particular, aquellos que luchan con la obesidad y que tienen problemas respiratorios pueden ser diagnosticados con asma por un médico, cuando de hecho no lo hacen.
Una enfermedad crónica, el asma golpea las vías respiratorias y las inflama y quema. Eso los hace muy sensibles y puede comenzar a sufrir reacciones severas a alergenos o irritaciones en el aire. En esta reacción, las vías respiratorias se pueden estrechar, los pulmones reciben menos aire y pueden aparecer síntomas como sibilancias, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar. Los médicos lo tratan con medicamentos de alivio corto para combatir los síntomas y medicamentos de alivio a largo plazo para prevenir los brotes.
Un nuevo estudio canadiense incluyó a casi 500 adultos que habían sido diagnosticados con asma. Cuando los investigadores realizaron una prueba de función pulmonar, descubrieron que el asma no estaba presente en 150 personas. Eso es el 30% del grupo, un porcentaje sorprendentemente alto. Fue publicado en la revista “Chest.”
Cuando analizaron estos diagnósticos erróneos, descubrieron que las personas obesas que acudían a la sala de emergencias con problemas respiratorios tenían cuatro veces más probabilidades que las personas de peso normal de que se les dijera que tenían asma.
Un problema con todo esto es que los médicos no usan una “espirometría” que evalúa la función pulmonar tanto como debería para diagnosticar el asma. Para ver si realmente tienes asma, no se trata solo de los síntomas; también se trata de pruebas de función pulmonar.
En términos de obesidad, las personas tienen un riesgo mucho mayor de sufrir problemas de salud que podrían provocar síntomas que imitan el asma, como la falta de aliento o tener un arcón apretado. Las enfermedades cardíacas, un estilo de vida sedentario y la acidez estomacal, por ejemplo, también podrían producir esos síntomas. En el estudio actual, aproximadamente la mitad de los pacientes eran obesos y la mitad eran de peso normal.
En el estudio, las pruebas pulmonares confirmaron que el 70% de los pacientes sí tenían asma. Pero, por supuesto, el 30% en el otro lado es demasiado alto cuando se trata de problemas médicos que cambian la vida. Los investigadores sugieren que si se le diagnostica asma en un hospital o en una clínica sin cita previa, siempre haga un seguimiento con su médico personal. Obtenga más pruebas y evaluaciones que puedan mostrar la verdadera causa de los síntomas, que pueden no ser las palabras A. Función