¿Recuerdas la “Mascota de Chia”? Extremadamente popular en la década de 1980, era un pequeño y lindo animal de cerámica en el que se extendía una pasta de semillas, que luego brotaba en un par de semanas. Bueno, resulta que la base para este artículo novedoso en realidad puede ser un poderoso golpe de salud.
La chía (Salvia hispanica L.) es una hierba que comparte el mismo género que la salvia y proviene de la misma familia de plantas que la menta. Crece a un metro de altura y produce un racimo de flores puntiagudas, púrpuras o blancas en la parte superior de su tallo. La planta es oriunda de México, donde las antiguas culturas aztecas y mayas usaban la semilla como fuente de alimento. Hoy, la chía se cultiva en varias partes de América Latina, y está empezando a recuperar renombre como un alimento nutritivo.
Si hablamos de nutrición, es la semilla de chía la que tiene más valor. Se considera especialmente rico en los ácidos grasos omega-3 de los que has estado escuchando tanto últimamente (incluso más que la famosa linaza). Los ácidos grasos Omega-3 son ácidos grasos poliinsaturados que son esenciales para la función saludable de su cuerpo.
Sin embargo, los omega-3 no pueden ser producidos por su cuerpo, sino que deben tomarse de fuentes de alimentos. Se cree que este tipo de ácido graso protege contra la enfermedad cardíaca, reduce los triglicéridos, evita la coagulación de la sangre y reduce la presión arterial. Tenga en cuenta que los estudios para demostrar estos efectos de manera concluyente están actualmente en curso.
Los pescados grasos, como el salmón, son una de las mejores fuentes de omega-3, pero los peligros de la intoxicación por metales pesados y otras toxinas han hecho que las fuentes vegetales, como el lino y la perilla, y ahora la chía, sean más seguras.
Las semillas de chía también contienen una poderosa dosis de antioxidantes, además de una buena cantidad de fibra, calcio, hierro, manganeso, magnesio, molibdeno, niacina, fósforo y zinc. Además, las semillas pueden absorber más de nueve veces su peso en agua, formando una sustancia parecida a un gel. Se ha teorizado que esta acción podría mantener al cuerpo hidratado por períodos de tiempo más largos, enlentecer la digestión y equilibrar los niveles de azúcar en la sangre. ¡Esa es una buena lista para una pequeña semilla!
Las semillas de chía se pueden incorporar a la dieta de muchas maneras. Tradicionalmente, las semillas se molieron para hacer panes, pasteles y gachas. Puede agregar semillas a su rutina de desayuno echando un manojo con su cereal o yogur, o haciendo una “chía fresca”, una bebida que consiste en agua y / o jugo de frutas y semillas de chía.
También puedes usar semillas de chía o brotes en tus sándwiches y ensaladas (aunque los brotes no tienen los mismos supuestos efectos sobre la salud). Intente tostar las semillas y mezclarlas con un tazón de nueces para un refrigerio saludable. Muchas compañías de alimentos se están subiendo al carro de la chía: agregan la semilla a productos como la comida para bebés y barras nutritivas, y la mezclan con alimento para pollos / ganado.
Es posible que tengas que hacer un poco de búsqueda para encontrar chia. Consulte las tiendas locales de alimentos saludables y aproveche los proveedores en Internet. Desafortunadamente, aún no es un cultivo ampliamente cultivado, a pesar de su valor nutricional.