Y así comienza mi artículo de varias partes sobre un tema muy importante: su sistema inmunológico; las cosas dentro de ti que atacan a los invasores extranjeros y previenen la aparición de enfermedades. Antes de llegar a las formas en que puedes aumentar tu propia inmunidad, comenzaré aquí con una introducción.
¿Sufres de alergias crónicas, infecciones por hongos, resfriados o infecciones respiratorias? Si es así, es posible que tengas un sistema inmune deprimido. Además, los expertos en enfermedades infecciosas predicen que, durante la temporada de gripe habitual a fines del otoño y durante el invierno, hay posibilidades de que ocurran varios brotes de gripe (por ejemplo, porcinos y / o aviares). Entonces, es de vital importancia que entienda completamente no solo su sistema inmune, sino también lo que podría deprimirlo o aumentarlo.
El significado original de la palabra “inmune” es “protección” en latín. De hecho, el sistema inmune de su cuerpo es un sistema incorporado complicado (una red de células especializadas, productos químicos, órganos y tejidos) que lo protege de los ataques de cualquier sustancia extraña, como bacterias o virus.
Su sistema inmune tiene la maravillosa capacidad para saber si una sustancia en particular pertenece a su propio cuerpo o si es extraña. Además, puede eliminar cualquier sustancia extraña de forma bastante efectiva mediante el montaje de una respuesta inmune, que implica la producción de anticuerpos. Los anticuerpos son producidos por glóbulos blancos especializados llamados “linfocitos B”. El cuerpo elimina estos antígenos extraños o patógenos al tener los anticuerpos adheridos a ellos.
Los anticuerpos se dividen en cinco clases diferentes, con cada clase designada por una carta adjunta a la forma abreviada de la palabra “inmunoglobulina” (Ig): IgG; IgM; IgA; IgD; e IgE. La IgG, el anticuerpo más común, se encuentra principalmente en la sangre y los fluidos tisulares; mientras que la IgA se encuentra principalmente en las membranas mucosas del tracto gastrointestinal o del sistema respiratorio.
Hay dos tipos de respuesta inmune. El sistema inmune “innato” ya está presente en el momento del nacimiento y consiste en la piel, la acidez estomacal y las secreciones de varias membranas mucosas que recubren los tractos respiratorio y gastrointestinal. El sistema inmune “adaptativo” se adquiere más tarde en la vida, como a través de vacunaciones o exposición a antígenos o patógenos extraños. En general, los mecanismos de defensa derivados de estos dos sistemas inmunes se pueden clasificar en tres categorías: 1) barreras físicas (piel, mucosa, secreciones mucosas); 2) células inmunes; y 3) anticuerpos.
Hay algunas diferencias clave entre los dos. El sistema innato está presente en todos los seres vivos, mientras que solo los vertebrados con mandíbulas desarrollan el sistema adquirido. El sistema innato emite una respuesta inmune no específica. El sistema adquirido emite una respuesta específica basada en qué amenaza ha aparecido. El otro es muy técnico en el tipo de sustancias químicas y celulares que utiliza para combatir la amenaza. Las más conocidas de Innate son las células asesinas naturales, mientras que las adquiridas incluyen los linfocitos B y T.