Los investigadores del estudio analizaron los datos recopilados durante un período de 10 años de 169 individuos sanos entre las edades de 45 y 75. Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos: edad media temprana (45-54), edad media de rango medio (55-64) y edad media de rango tardío (64-74).
Se realizaron evaluaciones clínicas en cada participante que incluyó escáneres cerebrales, análisis de biomarcadores de líquido cefalorraquídeo y evaluaciones del funcionamiento cognitivo.
El equipo de investigación analizó beta-amiloide 42 (proteína clu mps o placas que se encuentran en el cerebro), tau (una proteína que ayuda a estabilizar los tubos dentro de las células; los niveles de tau aumentan en el fluido espinal cuando progresa el daño cerebral), YKL-40 (una proteína de las células cerebrales que indica inflamación) y placas amiloides (grupos de proteínas amiloides en el cerebro, una marca registrada de Alzheimer).
Los investigadores descubrieron las gotas en beta amiloide cerebroespinal 42, para individuos entre las edades de 45 y 54, se asociaron con la aparición de placas cerebrales más adelante en la vida. Los niveles cerebroespinales de tau y otros marcadores de lesión de células cerebrales aumentaron para algunos participantes una vez que alcanzaron los 50 a los 70 años. Los niveles de YKL-40 aumentaron en todos los grupos.
La autora principal del estudio, Anne Fagan, concluye que estos biomarcadores “pueden ser útiles para apuntar a personas asintomáticas de mediana edad para estudios terapéuticos diseñados para prevenir el deterioro cognitivo”. Agrega que desde El Alzheimer es un proceso a largo plazo, tendrían que observar a las personas durante un largo período de tiempo.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) afirman que aproximadamente cinco millones de estadounidenses viven con la enfermedad de Alzheimer.