Enlace positivo entre el ejercicio y la enfermedad renal crónica

Cuando se trata de la importancia del ejercicio, a veces puedo parecer un disco rayado. Realmente creo que es uno de los aspectos más importantes de un estilo de vida saludable y parte de la base de su salud en general. Al no adoptar una rutina de ejercicios, ya sea con pesas o actividad cardiovascular, estás eliminando las posibilidades de maximizar tu salud sin importar quién eres.

Y no soy solo yo quien cree esto. Hay innumerables estudios y datos para demostrar que el ejercicio ayuda en una variedad de formas. Ayuda con la circulación y limita el riesgo de ataque cardíaco; puede mejorar la respuesta de la insulina y evitar la diabetes; puede ayudar con el control de peso; y puede fortalecer los músculos y los huesos para combatir los efectos del envejecimiento. Y eso es solo una pequeña muestra de los beneficios que el ejercicio ha demostrado ofrecer.

Un nuevo estudio muestra que también puede ayudar a mejorar el estado de los pacientes con enfermedad renal crónica.

La enfermedad renal crónica generalmente afecta a las personas que están envejeciendo al reducir su capacidad de descomponerse adecuadamente y eliminar los desechos. Al hacer esto, también puede aumentar el riesgo de presión arterial alta, causar problemas con la función muscular y debilitar los huesos. Se estima que uno de cada cinco hombres y una de cada cuatro mujeres mayores de 65 años padecen una enfermedad renal crónica.

Actualmente, no existe cura, pero parece que el ejercicio ayuda a reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmunitario. Además, la actividad ayuda a promover un corazón activo y saludable para combatir el riesgo de enfermedad cardíaca y otras infecciones.

Un equipo de investigación en Inglaterra realizó un seguimiento de un grupo de pacientes con enfermedad renal crónica a los que se les indicó caminar 30 minutos al día, cinco veces por semana durante seis meses. Compararon este grupo con un grupo de control que no caminó. Los resultados mostraron que el ejercicio aumentó la capacidad del sistema inmune para combatir infecciones y reducir la inflamación.

Los efectos antiinflamatorios son importantes para tener en cuenta porque la inflamación está muy relacionada con la hipertensión y la enfermedad cardíaca. Al reducir la inflamación, el riesgo de estos problemas disminuye sustancialmente.

La inflamación también hace que el sistema inmunológico de una persona entre en una sobrecarga, haciéndolos más susceptibles a otras infecciones. Parece que el ejercicio elimina esta presión del sistema inmune al reducir la inflamación y mejorar la inmunidad general. Debido a que las personas con enfermedad renal crónica son propensas a infecciones, el ejercicio puede ser una gran defensa contra una serie de otros problemas.

Además de mostrar los beneficios del ejercicio, los investigadores también notaron que no hubo daño asociado con el ejercicio en pacientes . Los pacientes no notaron tensión adicional en el corazón o experimentaron ningún problema durante el período de prueba como resultado del aumento de la actividad.

Si tiene una enfermedad renal crónica, hacer ejercicio podría ayudarlo. Comience despacio caminando a un ritmo pausado y, a medida que se acostumbre a él, intente aumentar la intensidad. La adopción de una nueva rutina de ejercicios es siempre el método más seguro y eficaz.