Un nuevo estudio publicado por un equipo internacional de investigación del Instituto de Investigación Scripps ha rastreado las raíces del virus Lassa y revela cómo ha evolucionado a lo largo de los siglos. La tarea se llevó a cabo con una variante de secuenciación del genoma llamada secuenciación de próxima generación .
Los investigadores aislaron muestras de virus de humanos y Mastomy natalensis la rata africana de pelaje blando . Las ratas son un reservorio natural para la fiebre de Lassa; la mayoría de los casos de Lassa en humanos son el resultado de la exposición a la orina o los excrementos infectados del roedor. Utilizando la secuenciación del genoma de varias cepas de Lassa encontradas en todo el mundo, los investigadores pudieron rastrear el virus hasta un ancestro común que existió hace 1.000 años en lo que hoy es Nigeria. La edad fue algo sorprendente, ya que la fiebre de Lassa solo se identificó en 1969.
Hace alrededor de 400 años, el virus Lassa dejó Nigeria y se extendió a las áreas que ahora son Liberia, Guinea y Sierra Leona. Estas son las regiones que actualmente experimentan un brote de Ébola, que no es completamente casual. Lassa es pariente del virus del Ébola, aunque tiene tasas de mortalidad y transmisión más bajas. Una de las mayores diferencias entre los dos es que Lassa es más difícil de transmitir de persona a persona, y depende principalmente de los “derrames” de los niveles de animales endémicos.
No existe vacuna para la fiebre de Lassa y los únicos tratamientos efectivos necesitan ser administrado desde el principio. El equipo de investigación espera que sus hallazgos, que incluyen información sobre cómo ha evolucionado el virus, se puedan utilizar para diseñar mejores tratamientos que tengan en cuenta cómo la enfermedad muta mientras están dentro de un huésped.
Para el 80% de los pacientes con fiebre de Lassa, los síntomas son leves y pueden pasar fácilmente sin ser diagnosticados. Los síntomas de la fiebre de Lassa incluyen cansancio y debilidad general, fiebre y dolor de cabeza. Para el 20% restante que experimenta casos más graves, los síntomas incluyen dolor en el pecho, la espalda y el abdomen; Hichazon facial; hemorragia; y shock Varios síntomas neurológicos como temblores, encefalitis (inflamación del cerebro) y pérdida de audición también pueden ocurrir. La muerte por fiebre de Lassa suele ser el resultado de una falla multiorgánica.
Se estima que entre el 10% y el 16% de los ingresos hospitalarios en África occidental se atribuyen a la fiebre de Lassa. Aproximadamente 100,000-300,000 casos se reportan cada año, con aproximadamente 5,000 que terminan en la muerte.