PLOS ONE sugiere que el “síndrome de trauma postaborto”, un término utilizado para describir un problema de salud mental que comúnmente experimentan las mujeres que eligen interrumpir su embarazo, puede tener muy poca base en la vida real.
El estudio, realizado por un grupo de investigación en la Universidad de California, conocida como Avanzando Nuevas Normas en Salud Reproductiva (ANSIRH), revela que el 95% de las mujeres que optaron por un aborto creyeron que era la opción correcta para ellas y no exhibieron evidencia significativa de síndrome de trauma postaborto.
Involucrando un total de 30 clínicas en varios estados, los investigadores hablaron a 1,000 mujeres entre Janu ary 2008 y diciembre de 2010. De las 1,000 mujeres, 667 decidieron buscar un aborto dentro del primer trimestre o dentro de dos semanas bajo el límite de edad gestacional de las clínicas. Los investigadores siguieron a estas mujeres durante un período de tres años, durante el cual los participantes completaron encuestas telefónicas basadas en sus pensamientos y sentimientos hacia su aborto.
Más de la mitad de los participantes dijeron a los investigadores que la decisión de abortar el feto era difícil o muy difícil. Sin embargo, inmediatamente después del procedimiento y durante el período de seguimiento de tres años, el 95% de las mujeres que optaron por un aborto creyeron que era la decisión correcta. Además, los investigadores descubrieron que las emociones positivas hacia sus decisiones, como el alivio y la felicidad, compensaban las emociones negativas relacionadas con el síndrome de trauma postaborto, incluido arrepentimiento, ira o culpa.
Las mujeres que tomaron la decisión de abortar por sí mismas tenían más confianza en su elección en comparación con aquellos que tenían parejas que expresaron una falta de seguridad o se opusieron a la terminación.
Los investigadores descubrieron que no hay diferencias o correlaciones centrales con respecto a la respuesta emocional a la decisión de abortar entre quienes buscaron la terminación en el primer trimestre y los que finalizaron más tarde.
El estudio fue un paso más allá para comparar la salud mental de las mujeres que optaron por los abortos en comparación con las que llevaron un embarazo no deseado a término. Con base en sus datos, los investigadores concluyeron que ambos grupos mostraron grados similares de ansiedad y depresión, descartando el aborto como una causa concluyente de problemas de salud mental.
ANSIRH espera que los resultados de este estudio alienten a los tribunales, incluido el Tribunal Supremo, alterar la forma en que toman sus decisiones con respecto a los derechos y restricciones del aborto, incluido el período de espera obligatorio y las leyes de asesoramiento prescrito por el estado.