Para los pacientes que sufren formas graves del trastorno del movimiento “distonía”, hay algunas buenas noticias en el horizonte: un estudio reciente acaba de confirmar los beneficios de una forma existente de tratamiento llamada “estimulación cerebral profunda” (DBS). Lo sé; no suena muy atractivo, pero revisemos los conceptos básicos para que tenga una mejor idea de lo que los expertos están hablando.
Afectando a más de 300,000 personas en América del Norte, la distonía es un trastorno neurológico que afecta el movimiento de una persona; específicamente, causa contracciones musculares incontrolables en cualquier parte del cuerpo, incluyendo la cara, los párpados, las cuerdas vocales, los brazos, las piernas y el torso. Estas contracciones pueden ser dolorosas, especialmente cuando contorsionan el cuerpo en posiciones inusuales e incómodas; los movimientos pueden ser bruscos o sostenidos durante un largo período de tiempo, y a menudo son repetitivos.
Obviamente, la distonía puede dificultar las actividades cotidianas, e incluso puede afectar la vista y la audición a veces. En casos severos, algunos enfermos están confinados a la cama. Por el contrario, una de las formas más leves de distonía es el calambre del escritor. Las causas de la distonía son varias, incluida una anomalía genética, lesiones durante el nacimiento, toxinas, lesiones, apoplejía u otras afecciones de salud (por ejemplo, la enfermedad de Wilson).
DBS o “neuroestimulación paliativa bilateral” es un procedimiento que ya está en uso. Un pequeño cable, que se coloca quirúrgicamente en el cerebro, produce descargas leves que interfieren con las señales que provocan los movimientos involuntarios de los músculos. El cable está conectado a un pequeño generador a batería que se coloca debajo de la piel, cerca de la clavícula del paciente. Usando un imán especial, el paciente puede encenderlo o apagarlo.
Aunque el DBS ha sido reconocido como un tratamiento exitoso para otros dos trastornos del movimiento (la enfermedad de Parkinson y los temblores) y la depresión, hasta ahora no ha recibido mucho reconocimiento por su potencial en el tratamiento de la distonía severa.
El último estudio involucró a 40 pacientes con distonía que afectaba a todo el cuerpo o a una o dos partes del cuerpo específicas. Cada individuo se sometió a cirugía para implantar el dispositivo DBS. Después de la operación, los sujetos del estudio se dividieron en dos grupos: uno recibiendo DBS real y el otro recibiendo estimulación falsa. Los dos grupos se sometieron a terapia durante tres meses y se controlaron para detectar mejoría.
Al final de los tres meses, los pacientes con trastornos del movimiento que recibían DBS tuvieron cambios significativos en su condición; dividámosla en tres categorías: 1) la gravedad de la afección se redujo en 39%, 2) la discapacidad disminuyó en 38% y 3) física los factores relacionados con la calidad de vida mejoraron en un 30%.
Sin embargo, ese no fue el final. El estudio continuó durante tres meses más, tiempo durante el cual ambos grupos de pacientes recibieron el tratamiento real con DBS. Al final del estudio de seis meses, hubo una mejora del 46% en el movimiento entre todos los pacientes con distonía. Además, la mitad de los 40 participantes vieron una disminución del 51% en sus síntomas. En general, se observó que el estado emocional de los pacientes con distonía mejoró después del tratamiento.
Parece que DBS podría tener beneficios en el rendimiento físico de un paciente de distonía, así como su estado de ánimo y salud mental. Esto tiene sentido si tenemos en cuenta las severas limitaciones que el movimiento incontrolado y el dolor frecuente pueden poner en la vida de una persona.
Tenga en cuenta que hubo algunas complicaciones relacionadas con la cirugía en el 18% de los participantes del estudio (por ejemplo, infección); pero esta posibilidad es de esperar con cualquier procedimiento quirúrgico.