Se ha descubierto que la vitamina D, conocida por su efecto beneficioso sobre los huesos, ayuda a prevenir resfriados y gripe. De hecho, algunos médicos incluso recomiendan dosis altas para ayudar a evitar las infecciones respiratorias. Parece que la vitamina D es muy buena para aumentar tu sistema inmunológico y literalmente puede combatir la gripe de la misma manera que la vacuna contra la gripe.
Hasta hace poco, los científicos culpaban al aumento de los casos de gripe durante el invierno de una mayor tendencia congregarse adentro en grupos. También se culpa a la baja humedad, ya que se dice que los virus sobreviven más tiempo en el aire más seco. Pero el verdadero culpable del invierno y la temporada de gripe puede ser la deficiencia de vitamina D.
Parece que, en los meses de invierno, el sol no es lo suficientemente fuerte como para desencadenar la síntesis de vitamina D en la piel, lo que resulta en una menor absorción de vitamina D.
Para probar esta teoría de la deficiencia de vitamina D que causa un mayor riesgo de contraer la gripe, los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Jikei en Tokio, Japón, reclutaron a 167 escolares para un ensayo clínico. Desde diciembre de 2008 hasta marzo de 2009, el equipo de investigación realizó un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo que comparó suplementos de vitamina D (3) con placebo.
Los investigadores encontraron que la influenza A ocurrió en 18 de 167 (10.8%) niños en el grupo de vitamina D (3), en comparación con 31 de 167 (18,6%) niños en el grupo de placebo (un aumento de casi el doble). Los investigadores también encontraron que, para los niños con un diagnóstico previo de asma, los ataques de asma como resultado secundario ocurrieron en dos niños que recibieron vitamina D (3), en comparación con 12 niños en el grupo placebo: un aumento significativo !
El equipo de investigación concluyó que la suplementación de vitamina D (3) durante el invierno puede reducir la incidencia de influenza A.
La mejor fuente de vitamina D es el sol, por supuesto. Los rayos UV del sol desencadenan la síntesis de vitamina D en su piel. De diez a 15 minutos de exposición al sol al menos dos veces por semana a su cara, brazos, manos o espalda es suficiente para darle una dosis saludable de vitamina D. Tenga en cuenta, sin embargo, que los inviernos largos y la evitación del sol en el verano significan que no puede obtener suficiente vitamina D de esta manera.
Otra nota: la síntesis de vitamina D es menos eficiente en personas con piel más oscura, y los afroamericanos tienen un mayor riesgo de deficiencia que los blancos. Los adultos con sobrepeso también pueden estar en riesgo debido a que la vitamina D se almacena en la grasa corporal. Mientras más vitamina D se almacena en el tejido adiposo, menos vitamina activa hay en la sangre.
Aquí hay algunas fuentes alimenticias de vitamina D:
– Aceite de hígado de cerdo (la mejor fuente)
-Salmón
-Mackerel
-Tuna
-Sardinas
La leche, los cereales para el desayuno y el jugo de naranja fortificado con vitamina D también son buenas fuentes de alimentos. Si desea examinar los suplementos de vitamina D, consulte con su médico primero sobre qué dosis es la mejor para su caso particular.