En la tercera parte de mi análisis de la soja, me concentro en sus posibles efectos en los huesos. Nuestros esqueletos son críticos, obviamente, pero los estragos de la osteoporosis están muy extendidos en la sociedad. Tal vez la leguminosa de soja podría ser la cura de la comida que hace el truco.
Las isoflavonas, un componente principal de la soja, son una subclase de flavonoides con una estructura química similar a “17 beta-estradiol”, que es la más potente, naturalmente ocurriendo estrógeno en el hombre. Las principales isoflavonas en la soja incluyen genisteína, diadzeína y gliciteína.
El uso de fitoestrógenos para preservar la masa ósea y prevenir o retrasar el inicio de la osteoporosis se ha estudiado solo a partir de finales de la década de 1990. Aquí hay un vistazo a algunos de los hallazgos prometedores aquí:
Un estudio de 66 mujeres posmenopáusicas comparó la ingesta de isoflavonas moderadas a altas durante 26 semanas. Descubrió que la densidad ósea aumentaba con la dieta alta en isoflavonas.
Un estudio de 69 mujeres perimenopáusicas comparó una dieta rica en isoflavonas con una pobre durante 24 semanas. Aquellos que comen isoflavonas reducen mucho la pérdida ósea.
Otro estudio en casi 500 mujeres posmenopáusicas encontró que consumir un alto contenido de isoflavonas aumentaba la masa ósea.
Un estudio de tres años en 132 mujeres perimenopáusicas encontró que la soya tenía efectos significativos sobre mantenimiento de la densidad ósea .
Un importante factor de confusión en estos estudios con suplementos de isoflavona es el hecho de que hay bastante variabilidad tanto en la absorción como en el procesamiento químico de las isoflavonas entre los sujetos en términos de metabolismo, a saber, metabolizadores bajos, moderados y altos de insoflavona de soja. No es sorprendente encontrar que, dada la misma dosis de isoflavona, hay variabilidad en las respuestas de densidad del hueso
. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de llevar a cabo más estudios doble ciego, controlados con placebo que tengan una duración más larga (dos a tres años) usando diferentes dosis de isoflavonas en el futuro cercano.
En la literatura médica, hay evidencia preliminar que los productos de soya pueden beneficiar las siguientes otras condiciones:
– Mejora del control de la glucosa en la diabetes tipo 2
– Reducción del riesgo de cáncer de mama
– Reducción de la presión arterial
– Reducción en el riesgo de cáncer de próstata
– Reducción del dolor muscular inducido por el ejercicio
Lea mis artículos anteriores sobre los beneficios de la soja:
¿Puede este alimento ser la respuesta a la menopausia?
La función Respuesta potencial al colesterol alto